Lo primero que hago cuando planeo un viaje es sobretodo disfrutar de todo el proceso y como supongo que hará todo el mundo, decidir el destino y el medio de transporte en el que llegar hasta allí.
En este caso el destino era Marbella y tras darle muchas vueltas creí que era mejor conservar mi ojo derecho y viajar en coche, que pagar una barbaridad para ir en avión, y ¿sabéis que? que me equivoqué, pues después de hacerme 1.023 km para ir y otros tantos para volver, casi prefería pagar ese ojo de la cara que me pedía Volotea. Y es que aunque parezca mentira, maridin no tiene carnet de conducir, por lo que fueron 12 horas de intensidad entre el tráfico, los niños y el papá.
Una vez que decido el destino, lo siguiente es buscar el alojamiento. En este caso estaba más que echo ya que fuimos a casa de mi tío y no había nada más que pensar. De todas formas, cuando no lo tengo tan fácil, siempre acabo encontrando algún chollete bien en Booking si voy de escapada, o en Airbnb si voy una semana o más.
Una vez tengamos destino, medio de transporte y alojamiento, vienen… Los planes!!!! Planifico lo que vamos a hacer cada día, y esto es: decido los días que vamos a ir a la playa, los que voy a ir a la piscina, donde vamos a comer, lo que haremos o visitaremos por la tarde después de la playa o pisci y donde cenaremos. En esta ocasión había también zoo (Bioparc de Fuengirola) y parque de atracciones (Tivoli World en Benalmádena), si tenéis «planes especiales» en vuestro viaje os aconsejo que los alternéis y los dejéis para los penúltimos días y así los niños tienen la ilusión intacta y además son conscientes de que o se portan bien o se quedan sin plan. En nuestro caso, que estuvimos de vacaciones de Viernes a Sábado, fuimos al zoo el Martes y al parque de atracciones (lo más deseado) el Jueves.
Cuando por fin falta solo un día para ponerse en ruta, llega la hora de hacer el equipaje y es que aparte del mio tengo que hacer el de los niños, y con niños me refiero al de dos, a la de cuatro y al de 39 (que aunque lo hace casi todo él solito, siempre necesita asesoramiento). En este punto he de decir que soy una fanática de las listas y una vez que tengo ya los planes de cada día es mucho más fácil calcular lo que tenemos que ir metiendo en la maleta. Hago una lista por persona y empiezo siempre por las cosas más generales: ropa interior, pijamas, bañadores y toallas (si vas a destino playero), neceseres de aseo, cargadores de móvil…; Después paso a revisar los planes y voy añadiendo la ropa más adecuada en función del día, normalmente un atuendo para por la mañana y otro para por la tarde-noche, a no ser que el plan sea de día completo. Con respecto al calzado mi norma es unas chanclas, dos zapatos o playeros y lo que se lleva puesto en el viaje por persona (reconozco que yo siempre meto alguna sandalia más pero ya que me encargo de las maletas bien me merezco un caprichin). Una vez echo todo esto, lo saco del armario, lo doblo encima de mi cama para decidir el tamaño y el número de maletas más adecuado, y voy metiendo hasta que se acaba. Dejo preparada la ropa para el viaje y a descansar se ha dicho que mañana será un día largo.
Mientras yo preparo las maletas, los niños hacen su mochila con los juguetes y/o libros de actividades para entretenerse los días que estaremos fuera. Lo mejor es que la mayor se puso a llorar por que no quería dejar solos a sus peluches, sus juguetes y a su casita, pobrecita mía. Después paso yo revisando y sacando los objetos más insospechado de sus mochilas…
Por último, preparo una bolsa con botellas de agua y chorraditas variadas para el viaje y aquí comienza la partida de tetris para meterlo todo en el coche: La silla de paseo del niño (ocupa la mitad del maletero), una maleta grande, una bolsa también grande para el calzado y las mochilas de los niños.
Y aquí comienza el viaje… pero eso ya lo dejo para otro día.
¿Y vosotr@s como os organizáis con la planificación de unas vacaciones? ¿Algún consejillo?
Muchos besitos,
Pepita
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